- 300 gramos de harina.
- 16 cucharadas de leche.
- 100 gramos de azúcar.
- Ralladura de limón.
- Azúcar glas.
- Aceite.
Elaboración
Se mezclan en un recipiente apropiado ocho cucharadas de aceite, la leche, la ralladura de limón, el azúcar y la harina, amasando los ingredientes hasta conseguir una masa fina.
Una vez en su punto, se toman pequeñas porciones de masa y se forman unas bolitas y le alargan luego hasta obtener unos tubitos. A continuación, se les hace un corte para que abran al freír y se pasan a una sartén con abundante aceite no demasiado caliente.
Cuando estén dorados, se retiran de la sartén y se colocan sobre una fuente para espolvorearlos con azúcar glas antes de servir.
Nota: A pesar de la escasez de los ingredientes, su sabor es buenísimo. Deben quedar con una textura dura. No podréis parar de comerlos...
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